Por casualidad me enteré el otro día por un post en Facebook de este maravilloso filósofo. A ver su nombre busqué más información sobre el y encontré este articulo en "Elcultural.com Henri Bergson: una mística para nuestro tiempo".
El filósofo, con una prosa de enorme claridad y belleza que le hizo ganar el Nobel de Literatura en 1927, reivindicó la importancia del espíritu y fascinó a escritores como Proust o Machado.
Lo que me gusto es que este hombre ya sabía cómo debería ser una sociedad en su época y que tenía las ideas tan claras. Ahora mas que nunca, en el tiempo que vivimos ahora (octubre 2021) en medio de la crisis del Covid, su filosofía vuelve a coger importancia para conseguir un mundo más justo y libre. Cuando lo leí, ¡pensé que razón tiene este hombre!. Aquí citaré un apartado del artículo que me impactó.
"En el hombre, el élan vital es creatividad y engendra el arte, la filosofía, la moral, la religión. En el resto de las especies, se estanca en la repetición de conductas eficaces para la supervivencia. En Las dos fuentes de la moral y la religión, Bergson apunta que la mayoría de las normas morales proceden de la presión social. El individuo transita por el camino que otros han trazado. Asimila los valores establecidos y los interioriza, sin reflexionar sobre ellos. Es el caso de las sociedades cerradas, donde el individuo es una parte del todo y solo reconoce obligaciones hacia la nación, la familia o el clan. Ese proceso se interrumpe cuando se produce una ruptura con los valores dominantes. Una ruptura que exige extender las obligaciones al conjunto de la familia humana. Es lo que sucedió con las enseñanzas de los cristianos, los sabios de Grecia y los profetas de Israel. Gracias a héroes morales como Jesús, Sócrates o Isaías, se atisbo la posibilidad de una sociedad abierta, que no contempla exclusiones o preferencias por vínculos familiares, raciales o religiosos. La moral de la sociedad cerrada es conformista, impersonal y estática. Se basa en la costumbre y el prejuicio. Crea tabúes y ahoga la libertad. La moral de la sociedad abierta es innovadora, dinámica e inconformista. Hasta ahora, todas las sociedades han sido cerradas, pero los grandes maestros morales nunca dejan de incitarnos hacia la utopía de una sociedad abierta, capaz de acoger a todos. “Entre la nación –por grande que sea- y la humanidad, existe la misma distancia que entre lo finito y lo infinito, lo cerrado y lo abierto”. La moralidad abierta nace del amor e instituye un horizonte irrenunciable.
Para Bergson, la intuición mística –presente en todas las civilizaciones y culturas- es la única que puede aportar una prueba fiable sobre la existencia de Dios, pues nace del contacto con el élan vital. La humanidad necesita con urgencia a los místicos. Nuestro creciente dominio de la naturaleza mediante la técnica ha hipertrofiado la dimensión corporal, desdibujando lo espiritual. Por eso, necesitamos “un suplemento de alma”. “La mecánica –escribe Bergson- exige una mística”. El mundo contemporáneo sufre una indigencia espiritual que le impide apreciar la fuerza creadora de la vida. La mística no es un privilegio de las grandes almas. Hay un místico escondido en cada ser humano: “Si las palabras de un gran místico […] hallan una resonancia en nosotros, ¿no será acaso porque existe en cada uno de nosotros un místico algo adormecido, que espera únicamente la ocasión para despertar de ese sueño?”."
Una vez más, está claro que en todos las épocas han habido gente con esta idea que la vida es más que solo lo material. Ha sido el mensaje de Jesús, Buda, Henri Bergson, Tony Parsons (The open secret) y muchos más. Este mensaje vuelve a salir en toda la historia, pero por alguna razón no llega a la mayoría de la gente.
¿Será que ahora hemos llegado a un cambio de paradigma? Que con esta crisis que deja tan claro que si seguimos así, lo humano se llega a un final. La crisis donde toda la oscuridad está saliendo a la luz. Estamos en un tiempo crucial. ¿Se derrumba lo viejo y se crea lo nuevo o seguimos viviendo en nuestros propios cárceles de nuestra programación? ¿La cárcel que está reflejado en la sociedad, donde desde arriba te dicen lo que tienes que hacer y te están quitando todos tus libertades? Hasta sobre tu propio cuerpo ya no te dejan decidir en muchos países del mundo. ¡Pero por suerte la elección todavía lo tienes tú! ¡Esperemos que el místico dormido se vaya despertando!