Cuando tenía unos 20 años tuve mi primera experiencia con la bicicleta de montaña. Estaba de Erasmus en la parte francesa de Bélgica (Valona) y alquilé con un amigo unas bicicletas de montaña para dar una vuelta en las Ardennes. No lo había hecho nunca, ya que en Holanda no hay montañas. ¡Me encanto!
Un par de años más tarde cuando me mude a Barcelona, enseguida me compre una bicicleta de montaña, ya que había muchas montañas alrededor y mi pareja era un fan de la bicicleta. El sólo iba en bicicleta de carretera y yo le introduje en el mundo del bicicleta de montaña. Para mí, ir por la carretera era demasiado estresante con los coches y prefería estar en el bosque. Durante años fuimos descubriendo caminos, juntos, con amigos y también salí mucho con mis compañeros de trabajo. Hasta hicimos un día el camino de Santiago en bicicleta de montaña. ¡Una experiencia maravillosa! Aprendí que no había límites. Podía hacer cosas que antes me hubieran parecido imposibles.
También han habido accidentes. La primera vez una fisura en el brazo. Por suerte había un futuro médico en formación conmigo y venía otro en moto que me sujetó el brazo con ramas del bosque. ¡En el hospital se quedaron alucinados! La siguiente fue un poco más grave, una conmoción cerebral 10 días antes de casarme. ¡Durante un día perdí mi memoria completamente y mi futuro marido estaba asustado porque no sabia bien con quien se iba casar! Repetí durante todo el día la pregunta "Qué ha pasado?", una vez y otra la misma pregunta. ¡Además en el hospital habían roto y perdido mi anillo de compromiso! Al final me casé, llena de rascadas y heridas. ¡Vaya novia más elegante!
Recientemente me hice un esguince bajando un sendero. ¡Casi 2 meses sin poder caminar bien, pero he vuelto a coger la bici y disfruto mucho! Así que no me dejo desanimar muy rápidamente.
Antes de la conmoción cerebral había hecho una pausa en mi práctica de la bicicleta de montaña por culpa de un cáncer que tuve. Estuve un año sin coger la bici, ya que había perdido toda mi fuerza. Me acuerdo muy bien que en esa época, el ciclista Lance Armstrong también había tenido un cáncer y había vuelto a coger la bici y encima ganó el Tour de Francia (después resulta que fue acusado de haber utilizado dopaje, pero en ese momento yo no lo sabía). Su coraje me motivó a coger otra vez la bici y poco a poco volver a poner me fuerte. Pensaba en él cuando salía y me costaba subir. Fue una gran inspiración y motivación para mí. ¡Todavía me acuerdo de lo que pensaba cuando estaba en la bici, "si él puede, yo también"!
Así volví a salir a menudo, hasta que me caí antes de la boda como he explicado anteriormente. Después la volví a coger, hasta que me quedé embarazada. Entonces sí que empezó un parón de muchos años.
Hace unos 4 años cogí otra vez la bici. Salía con unas amigas e íbamos bastante tranquilas. Casi siempre hacíamos la misma ruta, no iba avanzando como antes. Mi marido ya me decía que no salía de mi zona de confort. Cosa que en mi vida en general era igual. Hasta que me provocó y empecé a salir de nuevo en bici con él. Él no había parado en todos esos años y siempre ha tenido un nivel bastante alto, por lo que me parecía imposible salir con él. Pero con la excusa de las reglas del corona virus, que solo podías hacer deporte con alguien de la familia, empecé a salir con él. Hicimos nuevas rutas y nuevos retos. Empecé a ponerme más en forma otra vez. Después iba con dos vecinos que también me ponían a prueba. En un año cogí otra vez bastante forma e hicimos muchos senderos que algunas veces daban miedo. Aquí aprendí otra lección. Cuando veo una bajada inclinada y larga, que me da bastante miedo, aprendí que si miro solo un metro adelante no me da miedo y voy bajando poco a poco sólo mirando un metro delante de mí. Así no tengo tanto miedo. Esto me ayudo también en mi vida laboral. Yo quería empezar una consulta, escribir blogs y hacer coloquios, pero todo esto también me daba vértigo. Con esta experiencia de la bici, pensé que también era mejor hacer estas cosas paso a paso. Poner retos más pequeños y empezar y así lo hice. También hay sitios con la bici que me dan miedo y tengo que bajar de la bici, pero si he pasado por el mismo sitio varias veces, siempre me pongo como reto el intentarlo la próxima vez. Una vez lo he conseguido, ya no tengo que bajar de la bici nunca más en este mismo sitio. Así que una vez superado el miedo, se va.
Otra cosa que aprendí es el poder de la mente. Algunas veces mi pareja está tan motivada que hacemos rutas que sobrepasan mi límite de fuerza. Al menos eso es lo que pienso a medio camino. Estoy agotadísima y pienso que no podré llegar a casa. Pero entonces me viene a la mente que no soy cobarde, que no tiraré la toalla y que lo único que quiero es llegar a casa. Y entonces llego. Lo consigo y hago más kilómetros de lo normal. ¡Esto gracias al poder de la mente!
Como mi pareja me ponía tan a limite, pensé que tenía que buscar una persona para poder entrenarme otro día de la semana. ¡Así que puse este deseo en el aire! Unos días más tarde quería escribir un mensaje whatsapp a una conocida que hacía mucho tiempo que no había visto. Vi que en su foto de perfil tenía una foto de ella con una bici.¡ Así que en vez de proponerle tomar un café, le propuse ir en bici! Resulta que tenía bastante nivel y llevamos ya meses saliendo juntas y superando retos. ¡Así que, tú pide y el universo te da! Bueno esto no es una prueba de que funcione, puedes decir que es casualidad. Pero es un tema que he experimentado más veces durante mi vida y lo estoy estudiando. ¡A lo mejor hablaré de esto en otro blog!
Otra cosa que aprendí cuando mi pareja me ponía a límite con la bici. Cada vez que hacíamos rutas más largas y más duras, me preguntaba por qué me ponía tanto a límite. Hasta una amiga me preguntó "¿ya disfrutas?" Yo le dije que sí, pero empecé a mirar por dentro porqué hacia esto. Al final encontré la respuesta: lo hacía para sentir la aprobación de mi pareja. Él estaba encantado de que yo estuviese tan fuerte y pudiese aguantar todo eso. Al darme cuenta, lo deje ir y las siguientes veces ya hicimos rutas más tranquilas. ¡Ahora ya sé que sólo voy para disfrutar, no tengo que demostrar nada a nadie, únicamente a mi misma!
¡Bueno estas son varias lecciones que he aprendido con mi bici! Aquí hago un resumen:
- Cómo salir de tu zona de confort, te lleva a nuevas experiencias y sitios
- Cómo otras personas te pueden servir de inspiración
- Cómo dividir algo que te da vértigo en pequeños pasos para poder avanzar
- Una vez superado un miedo es más fácil afrontarlo otra vez
- Somos más fuertes de lo que pensamos: el poder de la mente
- La ley de atracción
- Cómo influye tu necesidad de aprobación en tu vida
¡A lo mejor tú también puedes encontrar lecciones en tus actividades! ¡Después las puedes extrapolar a otras áreas de tu vida!
¡Espero que te haya inspirado!
Esto es un cuadro que me regalaron unas vecinas.
¡Muy adecuado para este blog!